La injusticia en un grano de café

La injusticia de la cadena internacional del café

De cada taza de café consumida en nuestras sociedades occidentales, sus productores reciben 10 centavos de dólar (entre el 6 y el 10% de su precio final).

 

Veinticinco millones de personas viven en el mundo del cultivo del café. El sistema arancelario internacional y los acuerdos de libre comercio están previstos para incentivar las exportaciones de materias primas (café en grano en este caso) por parte de los países en desarrollo, mientras que penalizan con altos impuestos su exportación como productos transformados (café tostado y molido). Como resultado de desequilibrados acuerdos comerciales, quedan en los países desarrollados los beneficios de la agregación de valor a la producción.

Las políticas agrarias europeas también promueven una competencia asimétrica y por tanto desleal entre la producción agraria subsidiada europea y la producción de los pequeños agricultores y agricultoras de países del Sur.

Etiopía, un país que te acoge, personas que siempre tienen una mesita con tazas preparadas para servirte un cálido café recién preparado.

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