Queridos voluntarios de África: no vengáis a ayudar hasta que no os hayáis formulado estas cuatro preguntas
Algunos estudios recientes afirman que el voluntariado a veces resulta más nocivo que beneficioso. Está relacionado con daños a las economías locales y el trato de niños vulnerables como mercancías. Además, puede perpetuar estereotipos dañinos sobre el llamado “tercer mundo”, así como fomentar actitudes neocolonialistas.
No recomiendo el volunturismo. Pero si te planteas visitar nuestro continente como voluntario, reflexiona sobre estas cuatro preguntas antes de planificar el viaje.
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¿Te irías de voluntario al extranjero si no llevaras cámara?
Esta pregunta es una forma de parafrasear un poema de Nayyirah Waheed. Se trata de “una cuestión de apropiación”. Esta pregunta obliga a los viajeros a reflexionar sobre sus motivos.
¿Tus intenciones son las correctas? ¿Te vas al extranjero a ayudar o para quedar bien ante otros? ¿Realmente quieres ayudar a las personas o solamente subir a Facebook una foto ayudando? ¿Quieres poner tus capacidades al servicio de una comunidad o abultar tu currículo?
Cuidado con el “complejo de Salvador” cuando seas voluntario. Se trata de la idea que tú, como único (y probablemente subcapacitado) extranjero, puedes salvar a toda una comunidad. Este tipo de complejo de salvador es condescendiente, ya que implica que eres un héroe que va a ayudar a gente inútil.
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¿Compartes valores e intenciones con la agencia?
Aunque estés convencido de que tus intenciones son sinceras, debes asegurarte de que la empresa con la que trabajas tiene los valores correctos. El voluntariado es un sector en alza, lo que significa que las organizaciones se enriquecen a costa de la pobreza y las dificultades de otros. Muchas ONG se comprometen sinceramente con el bienestar de sus comunidades, mientras que otras, como las que trabajan con orfanatos fraudulentos, no.
Si quieres aportar tu granito de arena al mundo, debes apoyar a una agencia o empresa de voluntariado ético. No tengas miedo de conocer de cerca las agencias de voluntariado antes de darles dinero.
Pregúntate lo siguiente:
¿Cuánto dinero se queda la agencia y cuánto se destina a los costes de viaje y alojamiento de caridad? Si la agencia no es transparente en este tema, pregunta por qué.
¿Emplean estereotipos para vender su negocio?
¿Fomentan que surjan iniciativas de las propias comunidades o son los extranjeros quienes deciden lo mejor para ellas?
Si ofrecen la posibilidad de trabajar con niños, ¿comprueban el contexto de los voluntarios para garantizar que no tengan un historial de abusos? De no ser así, ¿crees que se preocupan por los niños a quienes dicen ayudar?
Si la agencia se comporta de forma ética, no le importará contestar a estas preguntas.
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¿Tendrás unas repercusiones más dañinas que beneficiosas?
Sé realista sobre el efecto de tu trabajo. Los estudios indican que trabajar con niños desplazados, especialmente si son huérfanos, no es adecuado para un voluntario. Los niños en una situación vulnerable necesitan desarrollar relaciones estables y a largo plazo, una tarea imposible para los voluntarios que solamente están unos meses como máximo. Los efectos psicológicos de sentirse abandonado por un voluntario tienen mucho alcance. Asegúrate de que sabes de antemano qué efecto quieres causar al intentar “ayudar”.
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¿Confías en ti mismo lo suficiente para hacer este trabajo en tu país?
Es importante emprender proyectos que se adapten a tus capacidades y no solamente a tus deseos. Por ejemplo, una actividad muy popular entre los voluntarios es construir edificios. Pueden ser casas, bibliotecas, escuelas u otras construcciones necesarias en la comunidad. El problema es que hay muchos voluntarios que no tienen ni las capacidades ni la experiencia para ello. En consecuencia, construyen estructuras poco seguras que suponen un peligro para las comunidades.
Como escribió Pippa Biddle tras sus propias experiencias como voluntaria: “Nuestra misión en el orfanato fue construir una biblioteca. Resulta que a nosotros, un grupo de estudiantes de un colegio privado, se nos daba fatal la construcción más básica, por lo que todas las noches los hombres desmontaban los ladrillos que tan precariamente habíamos colocado para reconstruir la estructura de forma que, cuando nos levantábamos, no sabíamos que había sido un fracaso”.
Debes realizar un tipo de voluntariado adaptado a tus capacidades y habilidades y no aquello que te gustaría hacer. En cambio, ofrécete a ayudar a las organizaciones locales con tareas para las que sí estás cualificado. Si tienes habilidad con las páginas web, ofrécete a crear la página de la ONG. Si se te da bien la contabilidad, ayuda con las tareas administrativas de un negocio. Y, si no tienes capacidades para desarrollar un trabajo, dona dinero para que empleen a trabajadores locales cualificados que desempeñen ese trabajo que tú no puedes. De esta forma, apoyas los negocios locales y fomentas que los trabajos se realicen de forma adecuada.
Si no confías en ti lo suficiente para realizar un trabajo en tu propio país, no lo hagas en otro.
Por Sian Ferguson
Fuente: Matador Network, Dear volunteers in Africa: please don’t come to help until you’ve asked yourself these four questions
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