Iñaki Alegría Coll,misionero laico y coordinador médico del Hospital General Rural de Gambo, Oromía (Etiopía) y otros proyectos de salud en Eitopia:
«No puedo cerrar los ojos ante el sufrimiento humano, en especial de los más vulnerables e inocentes, la infancia»
Iñaki Alegría (Barcelona, 1985) es licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona-Hospital Clínic, especializado en Pediatría en el Hospital de Granollers, y máster en Salud Internacional por la Universidad Autónoma de Madrid.
Es fundador de la ONGD Alegría Sin Fronteras y durante más de cinco años ha vivido en Etiopía, donde coordina proyectos sanitarios en colaboración con el Ministerio de Sanidad y la Iglesia católica de Etiopía. Coincidiendo con el inicio de la campaña de Manos Unidas, Alegría nos muestra su testimonio de una vida dedicada a los más desfavorecidos.
—¿Cómo te planteas ser misionero e ir a Etiopía?
Nací en 1985. Tenía más probabilidades de nacer en África que en Europa, pero nací en Europa. Sólo Dios sabe por qué. Esto marcó la diferencia. Nací en Barcelona un 29 de marzo de 1985. Ese mismo día, en Etiopía nacía otro niño como yo, pero en medio de un gran hambre en la región. Nacía entre paredes de adobe. Sin asistencia sanitaria. La madre podía haber muerto en el parto. El niño probablemente moriría a los pocos días.
Nací en Barcelona, en un hospital y en una familia excelente. Esto marcó la diferencia. Sólo Dios sabe por qué. He tenido infancia, una alimentación equilibrada, amor a la familia, amigos y amigas, he ido a la escuela incluso a la universidad. Y sigo vivo. Mientras yo jugaba sin preocupaciones, otros niños «jugaban» a sobrevivir buscando comida desesperadamente por no morir. Mientras yo escupía la comida, otros niños no tenían nada que llevarse a la boca.
No hice nada por merecer nacer donde nací, por tener una gran infancia, por vivir. Sólo Dios sabe por qué. Nací donde nací. Es una gran responsabilidad. Ahora toca asumir su responsabilidad. Toca igualar. Ahora es el momento de elevar la voz por África. Todos los niños y niñas merecen las mismas oportunidades independientemente del lugar en el que nazcan, de nacer niño o niña, y de la religión que profesen. Donde naces te marca, pero lo importante es porque naces. ¿Cuál es la misión en tu vida. Sólo Dios lo sabe.
Pienso que cuando buscamos el bien y Amor del prójimo no podemos equivocarnos. Podría haber nacido en cualquier parte del mundo. Dar la vida es la única forma de encontrarla. Poner todo el Amor en cada acción, en cada instante. El momento más importante es ahora.
—¿Cómo es el día a día en el Hospital General Rural de Gambo?
Cada día es una emergencia continua. En el Hospital Rural de Gambo estoy viviendo una emergencia continua. El miedo se ha convertido en pandemia, matando de olvido las epidemias que son ahora más letales que nunca. Gambo tiene alma propia. Es una increíble experiencia en todos los sentidos y aspectos de la vida: médica, personal, humana y espiritual. sobrecogedora. Deslumbrante. Alumbrando. Impactante. Inolvidable. Vinculante. Excepcional. Donde comparten cama la vida y la muerte.
No puedo cerrar los ojos en el sufrimiento humano, en especial de los más vulnerables e inocentes, la infancia. Cada año nos azotan epidemias de bronquiolitis y neumonías en la época de lluvias, dando paso a la estación seca a las enfermedades más mortíferas como el sarampión y la desnutrición, que se ceban con la infancia más vulnerable. Estoy en primera línea, en el Hospital Rural de Gambo que ahora combate la pandemia de coronavirus entre epidemias de sarampión, meningitis, cólera, tuberculosis y hambrunas… todo ello cubierto por el silencio más peligroso que azota el cuerno de África, al sur de ‘Etiopía: el de la indiferencia humana.
Trabajo más allá de mis posibilidades, no desde hace ni un día ni una semana ni un mes ni un año, sino desde siempre. Esto se convierte en una normalidad que lo silencia todo. Cuando la emergencia es continua deja de ser noticia. Multiplicamos las camas no por arte de magia sino a través del esfuerzo y el sacrificio. La normalidad es que no existe ninguna normalidad. Cada día es distinto… una sorpresa. Estamos atendiendo a más de 300 urgencias de sol a sol hasta que el cielo se derrumba. Y aún sin luz, la actividad sigue.
—¿Qué labor desarrolla la ONGD «Alegría Sin Fronteras»?
En Etiopía, trabaja para promover el empoderamiento de la población y el desarrollo de iniciativas locales, promoviendo el liderazgo comunitario y la equidad de género, principalmente en los ámbitos social, de la educación y de la sanidad.
En Cataluña realiza sensibilización de nuestra sociedad para ofrecer una visión más completa e igualitaria de los países del Sur, destacando sus valores sociales y culturales y sus capacidades para transformar su propia sociedad.
—¿Cómo es la colaboración y el trabajo con Manos Unidas?
El apoyo de Manos Unidas es imprescindible en el Hospital de Gambo y en otros proyectos de salud materno-infantil en Etiopía. Sencillamente, se nse el apoyo que nos da Manos Unidas no dispondríamos de las instalaciones de las que disponemos, ni del material que nos permite trabajar con calidad y en condiciones higiénicas.
En épocas de hambre como la actual, Manos Unidas también apoya nutricional a la población más vulnerable de nuestro entorno como la población afecta de enfermedades como la lepra y la población infantil.
-¿Por qué es importante colaborar con las campañas de Manos Unidas?
Desde el terreno le puedo garantizar que Manos Unidas es una ONG transparente donde el dinero se destina a terreno para atender directamente a las personas que más lo necesitan, puedo dar testimonio directo.
Una forma de hacerlo puede ser comprando la nueva edición especial para Manos Unidas del libro Alegría con Gambo, que podrá adquirir en las librerías y en las parroquias y el 100% de los beneficios se destinan al Hospital de Gambo.
—Y por último, ¿qué papel toma la fe en tu opción de vida?
Esencial. Sin la fe no hubiera aguantado a Gambo. La fe me da fuerzas cuando llevo más de 24 horas sin dormir y siguen llegando urgencias al hospital.
abriendo camino