Estaba un pastor apacentando sus ovejas cuando pasó por allí un individuo que le dijo.
– ¡Hermoso rebaño de ovejas, sí señor! A propósito, ¿puedo hacerle una pregunta?
-Las que usted quiera – dijo el pastor.
-¿Cuánto diría usted que andan sus ovejas cada día? – le preguntó.
-¿Las blancas o las negras? – contestó el pastor.
-Las blancas.
-Bueno, pues las blancas andarán unos seis kilómetros al día.
-¿Y las negras?
-Las negras también.
-¿Y cuánta hierba diría usted que comen cada día?
-¿Las blancas o las negras?
-Las blancas.
-Bueno, pues las blancas comerán unos dos kilos de hierba al día.
-¿y las negras?
-Las negras también.
-¿y cuánta lana diría usted que dan al año?
-¿Las blancas o las negras?
-Las blancas.
-Bueno, pues yo diría que las blancas, cuando llega el momento de esquilarlas, darán unos tres kilos de lana al año.
-¿y las negras?
-Las negras también.
El individuo estaba intrigado, y le preguntó al pastor:
-¿Puedo preguntarle por qué, a cada una de mis preguntas acerca de las ovejas, insiste usted en distinguir las blancas de las negras, si resulta que no se diferencian más que en el color?
-Bueno, verá usted es que las blancas son mías, ¿comprende?
-¡Ah, ya! ¿y las negras?
-Las negras también.
El ser humano hace absurdas distinciones en lo que para el Amor es una sola cosa.
un cuento para reflexionar
las blancas?
o las negras?
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el de las blancas?
o el de las negras?