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Llega el calor, con ello el verano, las vacaciones y el volunturismo

Llega el calor, con ello el verano, las vacaciones y el auge del espíritu de ayudar, cooperar…

 

Llega el calor, con ello el verano, las vacaciones y el volunturismo actualidad

Está de moda la solidaridad y esto es bueno si se hace bien, pero puede perjudicar mucho en caso contrario. Uno de los principales problemas es que demasiadas veces damos la imagen de blanco-bueno-busca-negro-pobre de la que ya hace años nos advirtió Gustau Nerín con su libro homónimo. Debemos evitar el postureo, el volunturismo, y para ello te recomiendo ir sin cámara de fotos y sin móvil, ser capaz de no tomarte ni una foto. Es la mejor manera de no caer en el vicio de colgarla en las redes.

No es ir a tener una experiencia, es ir a trabajar. Y para ello, no todo vale. Lo mismo que exigimos en cualquier trabajo y voluntariado en España —formación, compromiso, valores, responsabilidad, ética, moral…— debemos exigirlo en los otros países. No por disponer de menos recursos debemos permitir que todo valga, debemos apostar por la misma excelencia que en cualquier otro lugar.

 

Cómo realizar cooperación sanitaria en África (y cómo contarlo al volver)

 

5 consejos que yo hubiera agradecido antes de irme de cooperación:

  1. Ir sin cámara de fotos ni cámara de móvil o ser capaz de no hacerme fotos.
  2. Apostar por la excelencia: es necesaria una buena formación y profesionalidad. No es suficiente la voluntad de ayudar en lo que haga falta
  3. No postureo, no volunturismo, no influencers, no youtubers: O lo que es lo mismo, discreción: que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha.
  4. No pretender ser unos de los reyes magos, es decir, no ir repartiendo ni ropa ni caramelos ni nada a diestro y siniestro
  5. No pensar que en un mes vas a cambiar el mundo. Ni en tres…

 

La solidaridad mal entendida puede perjudicar más que hacer bien

 

Prejuicios, errores y aprendizajes en cooperación

 

10 cosas que el voluntariado no es:

  1. Un curso de idiomas.
  2. Un campamento de verano.
  3. Un centro de terapia para encontrarte a ti mismo.
  4. El lugar para mejorar tu estado anímico.
  5. Una catapulta para influencers (personajes influyentes en las redes sociales).
  6. Unas vacaciones baratas.
  7. Un lugar para solucionar tus problemas personales.
  8. Un centro de autoayuda.
  9. Un campo de experimentación de tus habilidades médicas, sociales, lingüísticas.
  10. Un lugar para ampliar la experiencia en tu currículo profesional.

Y he aquí 10 consejos que hubiese agradecido antes de realizar voluntariado:

  1. Ir sin capa de superhéroe.
  2. No utilizar el voluntariado como una huida.
  3. Controlar las fotografías.
  4. Evitar el postureo.
  5. Evitar prejuicios.
  6. No llevar medicamentos caducados.
  7. Convalidar siempre los títulos.
  8. Para mí es la experiencia de mi vida, pero para ellos es el día a día.
  9. Mi actuación durante unos meses seguramente no provocará ningún cambio inmediato.
  10. No tengo que querer cambiar todo lo que no me gusta.

10 cosas que me encontré en África y no me explicaron antes:

  1. Riqueza.
  2. Smartphones de última generación.
  3. Rascacielos.
  4. Prestigiosas universidades en las que se gradúan cada año profesionales con una formación excelente.
  5. Restaurantes de lujo.
  6. ONG locales que promueven el desarrollo.
  7. Movimientos feministas liderados por mujeres etíopes.
  8. Realidades diversas más allá de los tópicos.
  9. Trabajar en un país de África exige la misma calidad, profesionalidad que hacerlo en uno de Europa.
  10. Hospitales con tecnología puntera.

Cooperar en Etiopía como en Noruega

 

“¡Hola! Soy médico, vengo de cooperación a ayudar en lo que haga falta. Puedo visitar niños, adultos, mujeres embarazadas, atender partos, puedo ayudar a limpiar, a cocinar… ¡A lo que sea!”. Así me presenté ante el director de un hospital en Etiopía. Imagino que no te sorprende mi carta de presentación con la voluntad de ayudar en cuanto haga falta sin acreditar formación, ya se sabe que en África la buena voluntad es suficiente.

Pero ahora imaginaos que, en lugar de llegar a Etiopía, llego a Noruega y me presento al director del hospital nórdico:

―¡Hola! Soy médico, vengo de cooperación a ayudar en lo que haga falta. Puedo visitar niños, adultos, mujeres embarazadas, atender partos, puedo ayudar a limpiar, a cocinar… ¡A lo que sea!

¿Qué les parecería? De entrada, ni se me pasaría por la cabeza presentarme en el hospital nórdico sin el título homologado, pero pensamos que en Etiopía no es necesario. Además, tampoco me presentaría en el hospital europeo como cooperante, sino como médico. ¿Entonces, me pregunto, por qué si voy a un país como Etiopía soy cooperante? ¿Quiere decir que estoy etiquetando y calificando de inferior al país?

 

Expatriados o inmigrantes

 

El privilegio de cooperar

“Quiero ir a ayudar y me han dicho que no”. Esta es una de las frases que más habitualmente me encuentro. La buena intención es necesaria e importante, pero no es suficiente. Ser cooperante es una profesión, exige una formación y experiencia, disponer de unos conocimientos específicos en campos profesionales. También es necesario un conocimiento previo del país que nos va a acoger, de su contexto cultural, social y económico. Existen formaciones de máster, posgrado, cursos y distintas entidades que te pueden asesorar. Cooperar es un privilegio.

La historia desde el otro lado

 

Objetivo África: sin cámara de fotos ni móvil

El País: La cooperación y el día de la marmota

Por Iñaki Alegria

Médico Pediatra. Fundador de la ONG Alegría Sin Fronteras que desarrolla proyectos de desarrollo integral en Senegal y Etiopía.

Misión y Valores:
Promover el empoderamiento, liderazgo comunitario, equidad de género en los países más desfavorecidos con el objetivo de permitir la mejora de la calidad de vida de la población.

Empatía, compromiso, constancia, Amor, solidaridad, empoderamiento, equidad, humildad, transparencia y Alegría.

21 respuestas a «Llega el calor, con ello el verano, las vacaciones y el volunturismo»

Me has hecho recordar la respuesta prepotente de un ginecólogo ante una pregunta de la que no tenía ni idea «tengo un máster en medicina tropical y he trabajado en el tercer mundo…» me dio mucho que pensar. Tercer mundo, primer mundo o inframundo?. Sencillamente, despreciable y, desde luego, que no aprendió nada.

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