Dios es mi droga

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Dios es mi droga

Un día duro lo aguantamos bien,

Dos también.

Incluso una semana,

O un mes.

Pero cuando hablamos de años…

Muchas me habéis preguntado.

¿Cómo puedo aguantar el ritmo frenético de trabajo y emergencias continua  el hospital de Gambo?

Llamadas de madrugada por una cesárea urgente, por un bebé que nace sin respirar y en el que cada segunda es una contrareloj contra la muerte

 

La respuesta es sencilla.

Con Fe en Dios

Dios es mi Droga.

Cuando crees que no puedes más, de manera milagrosa borta una energía que te permite seguir adelante un día más.

Me gusta llamarlo “entusiasmo”. Me encanta la palabra entusiasmo que podríamos traducir algo así como tener a Dios dentro.

Y es lo que me permite seguir adelante en estos momentos más duros,

Hoy puedo decir bien alto que aquí seguimos

En primera línea

 

Nací en 1985. Tenía más probabilidades de nacer en África que en Europa, pero nací en Europa. Solo Dios sabe por qué.

Tenía más probabilidades de nacer en Etiopía que en España, pero nací en España. Solo Dios sabe por qué.

Eso marcó la diferencia. Solo Dios sabe por qué.

Nací en Barcelona un 29 de marzo de 1985. Ese mismo día, en Etiopía nacía otro niño como yo, pero en medio de una gran hambruna en la región.

Nacía entre paredes de adobe. Sin asistencia sanitaria. La madre podía haber muerto en el parto. El niño probablemente moriría a los pocos días.

Nací en Barcelona, en un hospital y en una excelente familia. Eso marcó la diferencia. Solo Dios sabe por qué.

He tenido infancia, una alimentación equilibrada, amor en la familia, amigos y amigas, he ido a la escuela incluso a la universidad. Y sigo vivo.

Mientras yo jugaba sin preocupaciones, otros niños “jugaban” a sobrevivir buscando comida desesperadamente para no morir.

Mientras yo escupía la comida, otros niños no tenían nada que llevarse a la boca.

No hice nada para merecer nacer donde nací, por tener una gran infancia, por vivir… Solo Dios sabe por qué.

Nací dónde nací. Es una gran responsabilidad. Ahora toca asumir la responsabilidad. Ahora toca igualar.

Todos los niños y niñas merecen las mismas oportunidades independientemente del lugar donde nazcan, de nacer niño o niña, y de la religión que profesen.

Dónde naces te marca, pero lo importante es para qué naces. Cuál es tu misión en la vida… Solo Dios lo sabe.

Pienso que cuando buscamos el bien y el Amor del prójimo no nos podemos equivocar.

Nací. Podría haber nacido en cualquier lugar del mundo.

Nací en el mundo y para el mundo.

Nací en… Lo importante no es dónde nací, sino para quién nací.

 

El viaje que cambió mi vida

No sabes por qué pero hay lugares que te llegan al alma y llenan tu vida para siempre. Etiopía es ese lugar para mí. Era residente de pediatría en el hospital de Granollers, una ciudad a las afueras de Barcelona, cuando pisé por primera vez Gambo.

Aún no lo sabía, pero mi existencia iba a cambiar.

Todavía recuerdo el día que llegué a Gambo. Un escalofrío de alegría recorre mi cuerpo cada vez que lo pienso.

¿Cómo resumir la experiencia allí? En aquella ocasión escribí: “Es una experiencia increíble en todos los sentidos y en todos los aspectos de la vida: médica, personal, humana y espiritual. Sobrecogedor. Deslumbrante. Alumbrante. Impactante. Inolvidable. Vinculante. Excepcional. Aquí comparten cama la vida y la muerte”.

No podía dormir, cerraba los ojos y veía el sufrimiento de Ruziya, Abdulakim… «Una vez has puesto nombre propio a los niños y niñas que mueren de hambre no puedes permanecer indiferente», anoté en un trozo de papel una de las tantas noches en vela en las que no podía conciliar el sueño. Cerraba los ojos y pensaba en Mikaeli, Abdul… En cómo estarían.

Escribía en las noches de insomnio en una libreta a la luz de una pequeña vela. No teníamos luz en muchas ocasiones. Escribía para expresar mi angustia, para liberarme de ella. El papel era y es la voz de mi alma, mi compañero que nunca falla ni me abandona.

Estos escritos terapéuticos los publicaba en el blog que creé para la ocasión: Cooperación con Alegría (www.cooperacioambalegria.co). A día de hoy sigo escribiendo, lo sigo necesitando, no me puedo acostumbrar al sufrimiento ajeno. No quiero acostumbrarme. Superé el sufrimiento gracias a una excelente acogida en Gambo, al apoyo de la gente de allí, a su amistad. Les estoy agradecido de manera infinita. Sin ellos no hubiese sido posible.

Aún no lo sabía, pero Gambo y sus gentes iban a cambiar mi vida.

Esta es la historia.

Sobre el autor

10 comentarios en “Dios es mi droga”

  1. Creo que podría decirse que has descubierto tu misión de vida, y no te rindes porqué vibras con lo que haces, me han dado ganas de llorar con tu escrito de emoción, porqué me parece muy bonito las personas que hacen esto.
    Gracias por existir a la gente con está vocación y gente como tú.

    Un saludo!! Y Enhorabuena, porqué el que tiene un corazón noble, por muchas facilidades que la vida le haya dado, se preocupa por los de su alrededor.

  2. Tus palabras son sobrecogedoras. Condensan el sentido de la vida en un pequeño pero poderoso escrito. Gracias Iñaki por indicarnos siempre el norte

  3. Maravilloso testimonio. Gracias. Tiene que ser fantástico descubrir tu misión en la vida. Yo también creo en Dios, también sé que estamos aquí para algo… pero a mis 47 años a veces aún me pregunto para qué estoy yo aquí. Sé que estoy para algo, que Dios me quiere aquí para algo, pero no lo tengo tan claro como tú. Es fantástico que en el mundo haya personas como tú. Lo hacen más humano y más habitable. Gracias.

  4. Tenía mucho sin pasarme por aquí. Y siempre ver tu espacio, lleno de amor y humanidad me da un mimo al corazón, y energía para continuar, ayudar y estar para quien nos necesite.

    Saludos de una mexicana, en algún lugar de Cataluña.

  5. muy buenos días
    te mando un abrazo bien bien fuerte hasta México

    Agradezco muchos tus palabras que has dejado por aquí y te invito a seguir visitándonos que será un placer!

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