El poder de creer en las personas
Era egoísta, perezoso, violento.
Buscaba sin fortuna trabajo. La desesperación le sumía en mayor violencia.
Pero un día todo cambió.
– yo no te puedo ofrecer trabajo, pero voy a hacer que lo consigas. Permíteme hacer una llamada.
– Mira, conozco a una persona muy trabajadora, responsable, amable, simpática, empática que estoy convencido que es la candidata ideal que estáis buscando.
El trabajo es tuyo.
Sorprendido afirma porque le ha mentido.
– no le he mentido. Creo en ti. Estoy convencido que eres así.
– Gracias, así voy a ser.
Y así fue como a partir de este día consiguió el trabajo y se convirtió en una persona amable y servicial.